Anomalías de
los grandes vasos
Persistencia
del conducto arterioso.
El conducto arterioso se origina en el septo
cayado aórtico izquierdo y es una conexión arterial corta que durante la vida
fetal cumple la función de evitar la circulación pulmonar, al llevar la sangre
de la arteria pulmonar directamente a la aorta. Cuando dicho conducto permanece
permeable más allá de los primeros días de vida, se le denomina conducto
arterioso permeable o persistente.
En el feto la circulación pulmonar es mínima
debido a la alta resistencia pulmonar, ya que la sangre se oxigena en los vasos
placentarios más que en los pulmones fetales no funcionales. Inmediatamente
después del nacimiento y de la expansión de los pulmones, la presión en el
hemicardio derecho y en las arterias pulmonares disminuye, mientras que la
presión sistémica aumenta y sobrepasa la ventricular derecha. Por lo común, el
cierre del conducto arterioso ocurre durante los primeros días de vida, es
probable que sea una reacción a los cambios en la saturación de oxigeno de la
sangre.
Cuando el conducto arterioso cierra
correctamente, solo permanece en su lugar un cordón fibroso, que se conoce como
ligamento arterioso. Dicho cierre se debe a la proliferación de la capa intima,
degeneración del musculo liso y fibrosis.
Ahora bien, si el conducto permanece permeable
después del nacimiento, la creciente presión de la aorta y del ventrículo
izquierdo, al sobrepasar la del hemicardio derecho, hará que parte del flujo
sanguíneo regrese de la aorta a la arteria pulmonar y ocasionalmente hacia el
ventrículo derecho. Debido al volumen sanguíneo que se pierde de la circulación
sistémica, ya que penetra de nuevo en la circulación pulmonar, el ventrículo
izquierdo se ve forzado a incrementar su ritmo de trabajo para poder mantener
la circulación sistémica normal.
La persistencia del conducto arterioso es
bastante frecuente en perros y puede corregirse mediante cirugía. Esta anomalía
está ligada por lo común a otros defectos cardiacos como: agujero oval
permeable, estenosis pulmonar, tétrada de Fallot y cayado aórtico derecho
persistente. En perros de raza Poodle, Collie y Pomerenian, esta condición es
usual y relativamente frecuente en el Pastor alemán.
El color de la mucosa permeable es normal en perros
jóvenes que habrán de morir a corta edad; sin embargo, en aquellos animales que
logran adaptarse a la anomalía, se desarrolla hipertensión pulmonar, resultando
un regreso gradual de la sangre, ahora de derecha a izquierda (arteria pulmonar
a aorta), en lugar de izquierda a derecha (aorta a arteria pulmonar), y por
tanto sangre no oxigenada penetra en la circulación sistémica lo que ocasiona
cianosis.
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